Ciudad del Vaticano – En la habitual Audiencia General de los miércoles, celebrada esta mañana en la Plaza de San Pedro, el Papa León XIV continuó el ciclo de catequesis dedicado a “Jesucristo nuestra esperanza”, tema que ha acompañado todo el Año Jubilar. Ante miles de fieles y peregrinos procedentes de todas las partes del mundo, el Santo Padre reflexionó sobre “La Resurrección de Cristo y los desafíos del mundo actual”, subrayando que la espiritualidad pascual es la fuente auténtica de la fraternidad cristiana.
“Amaos los unos a los otros como yo os he amado”: a partir de este versículo evangélico, León XIV desarrolló su meditación. “Creer en la muerte y resurrección de Cristo – afirmó – infunde esperanza y anima a invertir en el bien. Nos ayuda a amar y a construir vínculos auténticos, porque sin relaciones que nos sostengan y enriquezcan no podríamos vivir.” El Papa denunció la soledad y el narcisismo que amenazan a la sociedad contemporánea, donde “el otro se reduce a alguien de quien tomar, sin que estemos nunca dispuestos a entregarnos”.

Aunque reconoció que “muchos conflictos, guerras y tensiones sociales parecerían demostrar lo contrario”, León XIV insistió en que la fraternidad no es un sueño imposible: “Para superar las sombras que la amenazan hay que volver a las fuentes, sacando fuerza de Aquel que nos libra del veneno de la enemistad.”
Evocando el saludo de San Francisco de Asís, omnes fratres, el Papa explicó que esa visión universal de la fraternidadsigue siendo un llamado urgente para el mundo: “Ese todos es el signo acogedor de una fraternidad que no excluye a nadie, porque todos están llamados a la salvación.”
En su discurso, León XIV recordó también la beatificación de la Madre Eliswa Vakayil, fundadora de las Carmelitas Descalzas Teresianas en la India, “fuente de inspiración para quienes trabajan por la dignidad de la mujer.”
Al término de la catequesis, el Pontífice dirigió los saludos habituales a los peregrinos: entre los grupos italianos, mencionó a los fieles de la Archidiócesis de Crotone-Santa Severina con su arzobispo Monseñor Alberto Torriani, a los de la Diócesis de Bérgamo, y a los nuevos diáconos permanentes de la Archidiócesis de Milán. Saludó también a los estudiantes de varias escuelas italianas y, como es costumbre, dirigió un pensamiento especial a los jóvenes, los enfermos y los recién casados: “Tened conciencia de los dones de gracia recibidos, para que sean puestos al servicio de la comunidad.”

Un encuentro especial antes de la Audiencia
Poco antes de dirigirse a la Plaza de San Pedro, el Papa León XIV recibió en la salita del Aula Pablo VI a la cantante italiana Laura Pausini, acompañada por una delegación de la revista Billboard Italia, encabezada por Tommaso Perna. La artista – a quien el Papa dijo seguir “desde su primer Sanremo en 1993” – obsequió al Pontífice con una pieza inédita, en copia única, de su interpretación de Fratello Sole Sorella Luna, inspirada en el Cántico de las Criaturas de San Francisco de Asís. Con tono humorístico, León XIV confió: “Su mayor fan, sin embargo, es mi secretario, el padre Edgard Rimaycuna Inga: el fan más grande de América Latina.”
La delegación de Billboard entregó al Santo Padre una placa simbólica de “Billboard Women in Music”, reconocimiento que celebra a las mujeres protagonistas del panorama musical internacional.
p.S.A.
Silere non possum