Ciudad del Vaticano – Tras haber participado en la solemnidad de los Santos Pedro y Pablo, celebrada ayer en la Basílica de San Pedro, una delegación de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP), encabezada por su presidente, Monseñor Carlos García Camader, Obispo de Lurín, se reunió con el Santo Padre en el Palacio Apostólico. En el centro del encuentro, una invitación formal dirigida al Papa para que realice una visita pastoral al Perú, el país que durante años pudo llamar “hogar”.

En la carta entregada al Pontífice, Mons. García expresó “el profundo afecto y cercanía del pueblo peruano”, agradeciendo al Papa León XIV por “conservar en su corazón un lugar especial para el Perú”, país donde sirvió durante muchos años antes de ser llamado al trono de Pedro. «Su presencia —se lee en la misiva— renovará la esperanza de nuestro pueblo, fortalecerá la fe de nuestras comunidades y será un hermoso signo de comunión con la Iglesia universal».

Un vínculo que hunde sus raíces en la misión

La relación entre León XIV y el Perú no es solo institucional, sino una historia de vida, de vocación y de misión. En 1985, con apenas treinta años, el entonces fraile agustino Robert Francis Prevost fue enviado a la misión agustiniana en Perú, donde asumió sus primeros encargos como canciller de la diócesis de Chulucanas y vicario parroquial de la catedral de la Sagrada Familia. Volvió en varias ocasiones al país sudamericano, donde desempeñó roles de gran responsabilidad y formación: prior de comunidad, director del seminario de Trujillo, docente, párroco, rector y juez eclesiástico.

Durante más de una década, formó a generaciones de religiosos, fundó parroquias, acompañó a los fieles en las periferias e incarnó el rostro de una Iglesia viva, cercana y misionera.

Su nombramiento como obispo de Chiclayo, en 2014, y posteriormente su servicio como administrador apostólico de Callao, consolidaron un vínculo ya profundo. No por casualidad, en 2015 obtuvo formalmente la ciudadanía peruana. Hasta su nombramiento como Prefecto del Dicasterio para los Obispos, mantuvo cargos relevantes en la Conferencia Episcopal Peruana, entre ellos el de vicepresidente y responsable del área de cultura y educación.

Un abrazo que mira al futuro

Durante el encuentro de hoy, la delegación —compuesta por numerosos prelados de todo el país— compartió con el Pontífice las esperanzas y los desafíos de la Iglesia en el Perú. Entre los presentes: Mons. Luis Alberto Barrera (Callao), Mons. Antonio Santarsiero (Huacho), Card. Pedro Barreto, Mons. Alfredo Vizcarra (Trujillo), Mons. Pedro Bustamante (Huánuco), Mons. Marco Antonio Cortez (Tacna y Moquegua), Mons. César Augusto Huerta (Sicuani), Mons. Ricardo García (Yauyos), Mons. Lizardo Estrada (Cusco, y secretario general del CELAM), Mons. Raúl Chau (Arequipa), Mons. Juan Carlos Asqui (Tacna y Moquegua) y el Padre Guillermo Inca, secretario general adjunto de la CEP.

La presencia de estos pastores hizo tangible el deseo de renovar el vínculo entre Roma y la Iglesia peruana, en un momento histórico en el que el pueblo andino —marcado por crisis económicas, tensiones sociales y desafíos pastorales— mira con esperanza al Papa que “conoce el rostro de sus comunidades”.

Una eventual visita del Papa León XIV al Perú no sería, por tanto, un simple gesto diplomático, sino un regreso entre los suyos, un testimonio de amor y dedicación que, con toda probabilidad, dejaría una huella indeleble en la vida eclesial del país.

d.L.B.
Silere non possum