Ciudad del Vaticano – La nombramiento se esperaba desde hacía meses, y no sin tensiones. Esta mañana, la Oficina de Prensa de la Santa Sede anunció oficialmente que el Papa León XIV ha designado a Monseñor Piero Pioppo como nuevo nuncio apostólico en España y en el Principado de Andorra. Sin embargo, detrás de esta decisión se esconde un episodio que Silere non possum ya había denunciado el 29 de julio de 2025: el gobierno español había puesto un veto informal al nombre propuesto por la Santa Sede, generando irritación en el Vaticano.

Según lo reconstruido, el ejecutivo de Pedro Sánchez no había expresado un rechazo oficial, como establecen los canales diplomáticos, sino que había dejado filtrar su desacuerdo. Una actitud que, explican en la Secretaría de Estado, respondía al clima de tensión entre la Iglesia católica y las autoridades políticas en España. «Por despecho – contaban en la Tercera Logia – dijeron que no querían ese nombre. No fue una respuesta formal, sino un veto de hecho, para retrasar la nombramiento y dar a entender que no estaban satisfechos con las posiciones de los obispos españoles».

La publicación de la noticia en Silere non possum, en julio, cambió el escenario. La salida pública aumentó la presiónsobre el gobierno, que se vio obligado a suavizar su postura, hablando de “tiempos técnicos” y negando la existencia de un rechazo real. Tiempos que, sin embargo, resultaban desproporcionados. «Esa denuncia pública – comentan en la Curia– fue una presión útil para acelerar la decisión. En España todos retomaron la cuestión y el gobierno se apresuró a desmentir. No podían hacer otra cosa y finalmente enviaron el agrément».

El regreso a Europa de un diplomático ligur

Con esta nombramiento, el arzobispo savonés Piero Pioppo regresa a Europa tras años en delicadas sedes asiáticas.

¿Quién es Monseñor Pioppo?

Nacido en Savona el 29 de septiembre de 1960, ordenado sacerdote en 1985, es doctor en teología dogmática. Ingresó en el cuerpo diplomático de la Santa Sede en 1993, y sirvió en Corea, Chile y en la Secretaría de Estado. Cercano al cardenal Angelo Sodano, fue prelado del IOR de 2006 a 2010, cargo que lo situó en el centro de varias crónicas sobre la finanza vaticana. En 2010, Benedicto XVI lo nombró nuncio apostólico en Camerún y Guinea Ecuatorial, y desde 2017, con el Papa Francisco, desempeñó el cargo de nuncio en Indonesia y ante la ASEAN. En Asia se distinguió también por iniciativas en favor de la protección del medio ambiente y la cooperación internacional.

Una apuesta por la “escuela ligur”

Como ya había señalado Silere non possum en julio, la nombramiento de Pioppo no es solo un paso más en la carrera diplomática de un arzobispo experimentado, sino también un mensaje: un intento de devolver protagonismo a la “escuela ligur”, que en el pasado tuvo peso en la Curia romana y que con Francisco había caído en desgracia.

España, escenario de tensiones complejas entre el gobierno y la Iglesia, se confirma así como un observatorio privilegiado para interpretar las relaciones entre la diplomacia vaticana y la política europea.

d.F.A.
Silere non possum